lunes, 30 de septiembre de 2013

Una carta a Papá.





Muchas veces nos tomamos a la ligera a las personas que más nos importan y por eso, aprendí, o, mejor dicho,  estoy aprendiendo que por eso siempre debemos decirle a esa persona lo que la queremos, porque nunca estaremos seguros de cuando será la última vez que la veamos. Por eso, está no es sólo una carta al mejor papá, sino probablemente al amigo más incondicional que podre tener. 

Somos tan afortunadas de tenerte a nuestro lado enseñándonos tanto. Cada experiencia por pequeña que sea que hemos vivido contigo, nos ha dejado, por eso, siempre estás y pese a cualquier cosa que pase estarás con nosotras. 

Cada vez que te escuchaba rezar pidiendo salud, me enseño que realmente eso es lo único que importa y que si tenemos eso, todo lo demás lo podemos conseguir. Cada vez que te veo cumplir con tus responsabilidades aún cuando no te sientas bien, me ha enseñado que debo de ser responsable. Cada vez que te veo atender la casa y cuidar a todos los que vivimos en ella, sé que tengo que aprender a cuidar lo que tenemos. Cada vez que te veo preocuparte por nuestro futuro, quiero ser todo lo que puedo llegar a ser. 

Entonces, eres nuestro hogar, el mejor lugar al que sé que puedo volver cuando mis viajes terminen. La voz que nos empuja a seguir caminando con la cabeza en alto, el recuerdo de mis historias preferidas. Llevas dentro de ti un corazón inmenso, siempre atento, siempre bueno, siempre mirando por mi.   Eres increíble y mereces que te lo recuerden todos los días. 
Eres todas y cada una de esas cosas.     Y muchas más. 



Con infinito amor, tu hija: Alejandra. 






viernes, 27 de septiembre de 2013

Renunciar puede ser para cualquiera, en cualquier momento, lo más difícil.

Renunciar es aceptar el fracaso pese a todos nuestros esfuerzos. Renunciar es perder y perder nunca se nos dará bien. 

No se puede cruzar el mar simplemente mirando el agua. No importa lo que sintamos o sepamos, si no actuamos no hay vida.  No importa si entendemos el compromiso, el coraje y el amor porque siempre saber es hacer. Es necesario arriesgarnos  y apostarlo todo por algo o por alguien.  Es necesario confiar, amar hasta que no haya vuelta atrás; hasta el punto de no saber dar menos porque con el tiempo aprendemos que perdonar o pedir perdón, decir que amas, que extrañas, que necesitas ya no tiene  ningún sentido ante una tumba.     

Todo en esta vida es pasajero, cualquiera que sea nuestra realidad cambiara con el tiempo, pues  pese a todo lo demás; la vida continua.   Si usamos nuestra inteligencia sabremos como lograr que todo cambie y marche para mejor.   Lo importante es todo lo que se ha aprendido y lo que queda por aprender. Hay cosas que jamás olvidas, hay personas que se quedan eternamente en el cuerpo y en el alma.  Algunos dicen que aguantar es lo que hace a uno fuerte, algunas veces es dejar ir. 

Hemos de encontrar lo que nos haga feliz primero en el espejo y después en otros ojos.