miércoles, 24 de septiembre de 2014

Una carta de despedida para Angelina.


Para mi amiga Angella que se va de Venezuela, la hermana que me regalo los años estudiados en el colegio.


Hoy comienza una nueva etapa de tu vida; una de la que quizá tengas una idea pero ahora si se completará "la otra cara de la moneda" con nuevas experiencias.  La vida del inmigrante es una vida muy particular, hay muchos cambios, hay muchas cosas nuevas, hay condiciones que trasforman tu manera de pensar y dan nuevas perspectivas. Cuando uno se va de su casa, de su país, de lo que para uno es normal, entrega cosas y recibe otras. Ojalá lidiar con eso fuera tan sencillo como decirlo. Ahora tal vez la frase: "vamos a mi casa" tenga una tonalidad diferente y tu administración del dinero cambie; los abrazos de tu hermana y de tu papá, se convertirán en largas conversaciones por Skype; las arepas, las cachapas y la malta, entre otras cosas, serán cosas que te harán sentir más en casa; los amigos esos que tiene un puesto importante en tu vida, son familia de la que te ves obligada a separarte. Ese pasaje que compraste ya no tiene regreso; no porque no puedas volver a Venezuela, sino porque cada día cambias un poco y la persona que estará pisando hoy el piso del aeropuerto internacional de Maiquetía ya no estará de vuelta. 

Me siento un poco triste aunque feliz por ti, por tu nueva etapa, por saber que tu vida va a estar llena de nuevos inicios y por sobre todas las cosas por haber formado parte de un antiguo pero importante ciclo en tu vida. Siempre te estaré agradecida por todos los momentos que hemos compartido juntas y por todo lo que me enseñaste sin saberlo. La verdad es que me encantaría poder escribir una carta que resuma la maravillosa persona que eres y lo muy afortunada que soy por ser y por haber sido tu amiga durante tanto tiempo; me encantaría tener las palabras precisas para describir todos los tan divertidos y buenos momentos que se cruzan ahora por mis pensamientos pues ya sabes que dicen que lo que se escribe no se olvida y yo no quiero ser olvidada; sin embargo, nunca se me había hecho tan difícil escribir una carta. Nunca estamos preparados para decirle adiós a alguien a quien queremos y mucho menos si eso implica no saber exactamente cuando podrás volver a darle un abrazo. Escribir estas cartas, la tuya y la de Bárbara se ha convertido en un nuevo desafío al que debo enfrentarme. Todo será más tranquilo y aburrido sin ustedes aquí, sin nuestras pijamadas con tequila barato, sin tus caídas o sin los malos humores de Bárbara; sin mis modelos favoritas.

Forma parte de la vida, de la nueva etapa que también inicio yo, lidiar con eso. El miedo que siento, el cual supongo que compartimos es normal, tenerle miedo a ese monstruo desconocido que se escondía bajo la cama, se le parece bastante al miedo que siento cuando asomo la cabeza a este nuevo mundo, a estas nuevas metas, a las nuevas circunstancias que implican. Por suerte, es el monstruo bajo tú cama el que te tiene miedo. Por suerte el miedo sólo es algo temporal. Las extrañare cada vez que las recuerde durante toda mi vida. 

A veces no nos damos cuenta pero desperdiciamos mucho tiempo preguntándonos el por qué de todo en vez de disfrutar la vida misma. Mi deseo, mi consejo, es que sigas abrazando fuerte, riendo mucho, bailando descalza o con tacones, gritando al viento, pidiendo deseos como un niño sin serlo ya. Al fin y al cabo nunca sabremos si muchas de las cosas que hicimos habrán valido la pena, pero lo importante es haberlas sentido. No es lo que decimos sino lo que ponemos en práctica lo que nos da integridad como personas. 

Los verdaderos amigos no se cuentan; se disfrutan. La amistad no se trata de coleccionar números. Te estaré esperando ansiosa con un tequilazo esta vez del bueno, del costoso en la nevera, por los buenos tiempos, porque los amigos y la familia son las personas que perduran en el tiempo y quienes le dan sentido al mismo. Un beso desde la distancia geográfica más no emocional. Que consigas la paz en todo lo que hagas, que lo hagas con amor y dando lo mejor de ti y de  no ser así, que tengas la valentía para empezar de nuevo.  Esa es la felicidad a la cual basamos nuestra vida en su búsqueda sin saber que la llevamos con nosotros. Adentro.  El mayor éxito es el que te deseo desde lo más profundo de mi corazón.  

Te quiere mucho y (justo en el momento en que termines de leer esta carta) ya te empieza a extrañar, Alu. 


La amistad supera las circunstancias.